martes, 30 de noviembre de 2010

Las consignas del destino son... una mierd....

Me pesaba el cuerpo, pero él seguía tirando.. cada vez mas fuerte...
Tenia miedo, hasta que la oscuridad nos engulló.


Me temblava el cuerpo, pero seguia tirando
De golpe, de entre la oscuridad aparecieron los focos de un coche...
Paró justo delante nuestro...


Y salió mi príncipe, él.




No recuerdo muy bien que pasó.


Ojos grises como siempre, apareció cuando lo necesitava.
Le pegó y le gritó.. Yo veía doble.. Todo estaba distorsionado.


Pero el destino, tiene  unas cosas...

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