Malas compañias P2

Como el dia de la empalmada, cogí los taconazos de mi madre y el bote de tiritas, un pantalón muy corto (pero no tanto que a Antón no le gustaba) y una camiseta de tirantes.

Mi madre me tenia prohibido estar fuera de casa a partir de las 11 de la noche... Así que a esa hora el móvil se quedaria sin bateria misteriosamente...



Llegué puntual a la esplanada donde Antón me recibió con su habitual sonrisa:

-Ei, nena! Ven a llenarte el vaso! Coca cola o fanta?


Había mucha gente, (la mitat no les habia visto en mi vida) de pie o sentados hablando y bebiendo.

La música y las voces me inundaban la cabeza, mientras obserabava a M i J haciendo las mezclas con la botella. Sinceramente meterme un JB con naranjada en el cuerpo no me era algo muy apetecible, pero...

-Ponme lo que quieras

****

¿Cuántos vasos llevaba? Ni idea
Suficientes para olvidarme de que mi novio, era un cerdo.



Antón llevaba toda la noche vigilándome, y ahora al fin se dignó a hablarme:
-Nena, ¿quieres ir a un lugar más tranquilo?

Me ayudó a incorporarme del suelo.

-Nose, prefiero quedarme aquí, conociendo más gente.

Me cogió del brazo.

-Anda, ven... Que nos lo pasaremos mejor...

Noté que me tiraba suave pero firmamente del brazo. Algo iba mal, pero la cabeza no me respondia, no podia pensar con claridad. No quería ir con él, queria que parara, pero no podia.



Seguía tirando de mí. Notaba como el alcohol seguia envenenandome por dentro, esa no era yo... Avanzávamos deprisa entre la gente hasta que perdí de vista el descampado, y dejé de oir la música...

Nos hacercábamos a las oscuras calles de la ciudad.



Queria decirle que me soltara, que no me rebajaria a su nivel... Me resbalaban las lágrimas sobre las mejillas.

Pero él tiraba y yo no podia hacer nada para evitarlo.